Juicios fundados vs infundados: una distinción esencial en coaching

En el mundo del coaching, pocas distinciones son tan poderosas como la de juicios fundados vs infundados. Esta diferencia, aparentemente sencilla, es en realidad una herramienta transformadora para líderes, equipos y cualquier persona que desee comunicarse con mayor claridad, efectividad y responsabilidad. A lo largo de nuestra vida emitimos juicios constantemente: sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre las circunstancias que nos rodean. Algunos de estos juicios están respaldados por evidencia, acuerdos compartidos o competencias verificables; otros, en cambio, surgen de prejuicios, emociones momentáneas o interpretaciones sin sustento.

La capacidad de distinguir entre juicios fundados e infundados no solo enriquece la comunicación, sino que también se convierte en un pilar fundamental para la toma de decisiones conscientes y la construcción de relaciones de confianza. En este artículo exploraremos qué son los juicios en el marco del coaching ontológico, cómo diferenciar los fundados de los infundados, qué impacto tienen en la vida personal y profesional, y de qué manera entrenar esta distinción puede generar un cambio profundo en el liderazgo y en la forma en que nos relacionamos con el mundo.

Qué son los juicios en coaching

En coaching, los juicios no son simples opiniones ni comentarios sin valor. Un juicio es una evaluación, interpretación o calificación que emitimos sobre personas, hechos, acciones o circunstancias. A diferencia de los hechos, que pueden verificarse objetivamente, los juicios reflejan la manera en que interpretamos la realidad desde nuestras propias creencias, experiencias y marcos de referencia.

Por ejemplo, decir “Juan mide 1.80 metros” es una afirmación basada en un hecho verificable. En cambio, afirmar “Juan es alto” es un juicio, pues depende del contexto cultural y de la comparación con un estándar de referencia.

Los juicios cumplen un papel esencial: nos permiten navegar la complejidad de la vida sin tener que verificar cada detalle. Sin embargo, cuando no somos conscientes de su naturaleza, podemos confundirlos con hechos absolutos y tomar decisiones erróneas. Esta confusión es precisamente la que el coaching busca disipar al diferenciar entre juicios fundados y juicios infundados.

Juicios fundados

Un juicio fundado es aquel que se sustenta en criterios claros, evidencia verificable o competencias reconocidas. No significa que sea una verdad absoluta, pero sí que cuenta con bases razonables que le otorgan legitimidad y utilidad en la comunicación y en la acción.

Un juicio es fundado cuando:

  • Está respaldado por hechos verificables: por ejemplo, “esta persona no tiene experiencia en el manejo de proyectos de gran escala” puede fundamentarse revisando su trayectoria profesional.
  • Se apoya en normas o estándares compartidos: por ejemplo, calificar como “apto” o “no apto” a un candidato según criterios de certificación.
  • Proviene de un observador competente: alguien con la experiencia o autoridad en un área específica.

Ejemplos de juicios fundados en la vida laboral incluyen: “este proyecto no cumplió con los plazos establecidos según el cronograma firmado” o “la estrategia propuesta cumple con las normativas del mercado financiero”.

En el plano personal, un juicio fundado podría ser: “esta dieta no es adecuada para mí, porque un nutricionista certificado evaluó mis condiciones de salud y me explicó los riesgos”.

Juicios infundados

Los juicios infundados, por el contrario, son aquellos que carecen de sustento, evidencia o legitimidad. Surgen de creencias, prejuicios, emociones o interpretaciones no verificadas. Aunque puedan sentirse ciertos para quien los emite, no se sostienen cuando se analizan de manera objetiva.

Un juicio es infundado cuando:

  • No tiene evidencia que lo respalde.
  • Se basa en generalizaciones o estereotipos.
  • Proviene de un observador sin competencia en el tema.

Ejemplos comunes:

  • “Nunca lograrás ser un buen líder” (sin evidencia ni evaluación competente).
  • “Ese equipo siempre fracasa” (generalización sin análisis de casos).
  • “Si no trabajas bajo presión, no eres productivo” (prejuicio sin sustento real).

En el ámbito personal, un juicio infundado puede ser devastador, como cuando una persona cree “no soy suficiente” sin fundamento más allá de experiencias aisladas o comparaciones injustas.

Juicios fundados vs infundados: la distinción clave

La distinción entre juicios fundados vs infundados nos invita a mirar más allá de nuestras interpretaciones automáticas y a preguntarnos: ¿de qué está hecho este juicio? ¿Qué lo respalda?

  • Un juicio fundado abre posibilidades, clarifica la comunicación y permite tomar decisiones con mayor responsabilidad.
  • Un juicio infundado limita, confunde y puede dañar tanto la autoestima como las relaciones interpersonales.

En coaching, aprender a separar unos de otros es vital. Un líder que confunde juicios con hechos puede tomar decisiones erróneas o generar conflictos innecesarios. Un equipo que aprende a validar sus juicios, en cambio, fortalece la confianza mutua y la efectividad colectiva.

Cómo entrenar la habilidad de distinguir juicios fundados vs infundados

Diferenciar entre un juicio fundado y uno infundado es una habilidad que se puede desarrollar mediante práctica consciente. Algunas estrategias son:

  • Observar el lenguaje: preguntarse si lo que se dice es un hecho o una interpretación.
  • Preguntar por la evidencia: ¿qué datos, normas o competencias respaldan el juicio?
  • Identificar al observador: ¿tiene la persona la autoridad o experiencia para emitir este juicio?
  • Explorar alternativas: ¿qué otros juicios podrían emitirse sobre la misma situación?

Ejercicio práctico:
Cuando escuches o emitas un juicio, intenta formular tres preguntas:

  1. ¿Qué hechos verificables lo sostienen?
  2. ¿Bajo qué criterios se formula?
  3. ¿Quién lo emite y desde qué competencia?

Beneficios de distinguir juicios fundados vs infundados en el liderazgo

La distinción entre juicios fundados e infundados tiene un impacto directo en el liderazgo. Algunos beneficios son:

  • Construcción de confianza: cuando los líderes basan sus juicios en fundamentos claros, los equipos confían más en su criterio.
  • Mejor toma de decisiones: evita errores derivados de prejuicios o suposiciones.
  • Reducción de conflictos: al validar juicios, se disminuyen malentendidos y tensiones innecesarias.
  • Crecimiento personal y colectivo: distinguir juicios ayuda a cuestionar creencias limitantes y abrir nuevas posibilidades de acción.

Aplicaciones del coaching con esta distinción

En coaching, trabajar la diferencia entre juicios fundados vs infundados tiene aplicaciones prácticas tanto en contextos personales como organizacionales:

  • Coaching organizacional: en procesos de feedback, evaluaciones de desempeño o reuniones estratégicas, distinguir juicios evita caer en opiniones infundadas que desmotivan o generan conflictos.
  • Coaching personal: permite identificar creencias limitantes y transformarlas. Por ejemplo, cuestionar el juicio “no soy creativo” y buscar evidencias que lo respalden o lo contradigan.
  • Procesos de transformación: cuando una persona comprende que muchos de los juicios que la limitan son infundados, se abre un espacio poderoso para el cambio y la acción efectiva.

Errores comunes al trabajar con juicios

Al abordar esta distinción, suelen cometerse algunos errores:

  • Pensar que todo juicio es negativo: en realidad, los juicios son inevitables y necesarios; lo importante es distinguirlos.
  • Confundir un juicio con un hecho: lo que parece “objetivo” puede ser solo una interpretación.
  • Descartar los juicios como inútiles: aunque no sean hechos, los juicios orientan decisiones; el reto es que estén bien fundados.

Preguntas Frecuentes

¿Cuál es la diferencia entre un hecho y un juicio?

Un hecho puede verificarse objetivamente (ejemplo: “la reunión comenzó a las 10:00”). Un juicio es una interpretación (“la reunión empezó tarde”).

¿Cómo identificar si un juicio es fundado o infundado?

Revisa si tiene evidencia, criterios claros y proviene de un observador competente.

¿Por qué los juicios infundados afectan la comunicación?

Porque generan malentendidos, conflictos y desconfianza al no estar basados en fundamentos.

¿Cómo puede un líder trabajar los juicios en su equipo?

Promoviendo el hábito de validar juicios con datos, acuerdos o competencias, y fomentando la escucha activa.

¿Qué herramientas de coaching ayudan a transformar juicios infundados?

Preguntas poderosas, feedback estructurado y ejercicios de distinciones lingüísticas.

Conclusión

La distinción entre juicios fundados vs infundados es un pilar en el coaching y en el liderazgo consciente. Al aprender a reconocer de qué están hechos nuestros juicios, dejamos de confundir interpretaciones con verdades absolutas y ganamos libertad para comunicarnos mejor, liderar con responsabilidad y abrir nuevas posibilidades de acción. Esta habilidad no se limita al ámbito profesional: también transforma la manera en que nos relacionamos con nosotros mismos, al permitirnos cuestionar creencias que nos limitan y cultivar una mirada más objetiva y constructiva.

En definitiva, entrenar esta distinción es un camino hacia la madurez emocional, la claridad en la comunicación y el fortalecimiento de la confianza en todos los niveles de la vida.

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